Probando el Mercedes Actros 2646 LK

Probando el Mercedes Actros 2646 LK
Foto: iStock

¿Qué caja de cambios es la mejor del Actros para los terrenos accidentados? ¿Las doce marchas de la Powershift o las 16 marchas del sistema automático regular? Hemos probado las dos variantes.

La familia Powershift le ofrece al Actros una caja de cambios de doce marchas con un par de entrada máximo de 3.300 Nm. Suficiente para los trabajos más duros en terrenos sin asfaltar. Pero, si lo prefiere, también puede disponer de 16 marchas en el volquete. Como complemento de 16 marchas para el sistema automático Powershift, Mercedes ofrece la caja automatizada G 240-16, con dos marchas adicionales de transmisión rápida. La Powershift de doce marchas solo se ofrece con un overdrive. Argumento de peso a favor de la solución convencional de 16 marchas: con 16,99, la inclinación del pivote de la caja sale muy beneficiada y promete tanto una primera marcha potente y cuidadosa con el embrague como unas revoluciones moderadas y, por tanto, un bajo consumo en la marcha más alta.

Transmisiones: 3,33 frente a 3,52

La transmisión del candidato color tinto 2646 LK, con una corona dentada de 233 mm y 16 marchas, es de 3,33. Este número se obtiene de una multiplicación del eje trasero de 4,83 y de una marcha más alta con una transmisión de 0,69. Así, la marcha primera alcanza los 6,2 km/h. Con la marcha atrás más pequeña, el Mercedes Actros alcanza un máximo de 6,8 km/h. Esto beneficia la marcha en terrenos irregulares. A una velocidad de 85 por autopista, el contador marca 1.450 rpm. A 65 km/h, velocidad de carretera secundaria, el indicador del cuentarrevoluciones baja hasta apenas 1.100 rpm. Esta cifra sobrepasa por los pelos el punto del par máximo y se manifiesta en una gran pérdida de confort en cuanto aparece el más mínimo bache.

Muy diferente es el dorado volquete Powershift. Su corona dentada tiene un diámetro de 300 mm. Lo que se corresponde con una multiplicación del eje trasero de 4,57 en lugar de 4,83 como en el volquete Telligent de color Burdeos. Pero la marcha más alta de la caja de doce marchas desincronizada —un overdrive con transmisión 0,77— eleva la transmisión total hasta 3,52. Por tanto, el candidato con Powershift tiene una transmisión algo más corta que su colega con la caja Telligent. En lo que respecta a la aptitud todoterreno, los cálculos de la rueda dentada resultan algo caprichosos: la primera marcha llega hasta los 6,7 km/h, la primera marcha atrás, hasta 6,1 km/h, en principio justo al revés que el volquete Telligent. La menor inclinación del pivote de la Powershift —15,10— se refleja en una velocidad más elevada. A una velocidad de carretera secundaria se generan 1.160 rpm. Así ya puede presentarse tranquilamente alguna que otra elevación mínima antes de tener que mover el Powershift en la caja de cambios. Y en autopista, a 85 km/h el indicador salta rápidamente hacia las 1.520 rpm. Pero también así se puede trabajar aunque, desde luego, la máquina avance con bastante ímpetu.

Powershift no supone ninguna ventaja en el peso

Aunque con la caja de cambios desincronizada Powershift no haya sincronización a bordo, no supone ninguna ventaja en lo que respecta al peso. Porque la ventaja numérica se ve reducida inmediatamente por el uso de ruedas dentadas mucho más macizas. Al fin y al cabo, la solidez tiene un precio. Primero hay que digerir 3.300 Nm. En los hechos, la caja Powershift G 330-12 pesa 13 kg más que la caja de 16 marchas G 240-16. En contrapartida, la caja de 16 marchas, pese a su regulación más precisa, no supone ninguna ventaja de consumo en los trayectos de montaña. La redacción estuvo conduciendo ambos volquetes durante todo un día en formación tándem y con 40 toneladas de peso total por tramos empinados del Jura suabo. El análisis de los valores de montaña certifican que el volquete Powershift es ligeramente mejor en cuanto a consumo, aunque hablamos tan solo de 0,5 por ciento a lo sumo, por lo que la diferencia se refleja principalmente a nivel académico.

Sobre una pista ondulada o plana, la ventaja se reduce hasta a un minúsculo cuarto de punto. Esto se debe a la transmisión total algo más larga del volquete Telligent. Con carga parcial, esto implica un menor consumo. Surge la pregunta de por qué el volquete Telligent no puede beneficiarse en montaña de la regulación más precisa de su caja de cambios. La respuesta es sencilla: las numerosas marchas son precisamente su perdición. La caja Telligent cambia con demasiada frecuencia. El trayecto de prueba presenta unas resistencias en constante cambio, con fuertes subidas que serpentean hacia el Jura suabo. La precisa caja Telligent procura adaptarse al camino y cambia las marchas con tanta frecuencia que la gran cantidad de veces que se interrumpe la fuerza de tracción termina acabando con la ventaja teórica.

El sistema electrónico no acierta siempre

Desde abajo hasta la cima del Jura, el volquete Telligent cambia de marcha exactamente 26 veces. Los saltos de marcha cuestan de 250 a 300 rpm. Por tanto, el ordenador suele tener que escoger. Como el sistema electrónico no puede ver qué viene después, en ocasiones interpreta la situación erróneamente. En una montaña de prueba lo hace bastante bien mientras que, en otra, la caja Telligent se excede. Resumiendo, los resultados del volquete Powershift son sencillamente mejores. El Powershift solo hace diez cambios entre las marchas once y sexta durante el mismo ejercicio. Sus saltos de marcha son de 400 rpm lo que, en ocasiones, puede causar cierto dolor.

En una pendiente con una inclinación del ocho por ciento, el volquete de doce marchas se agarra estoico a la sexta y gira a revoluciones nominales. En una montaña de este tipo, cambiar a la siguiente marcha no daría resultado. Pese a todo, resulta frugal. En vez de tragar de forma desmesurada debido a las altas revoluciones, al ahorrar en cambios, las mediciones en montaña reflejan un ahorro de hasta el 0,5% en combustible. Pero, sobre todo, ahorra tiempo: con la misma potencia de motor, el volquete Powershift recorre la misma distancia por montaña en un tiempo 3% inferior que su colega Telligent; por tanto, pese al menor número de marchas, ofrece un rendimiento en carretera notablemente superior.

Ventaja para Powershift

Los resultados de la prueba hablan con claridad. Las doce marchas de la caja Powershift ganan a las 16 marchas del sistema automático Telligent. Además, Powershift no solo cambia de manera más cómoda y, si es necesario, más rápidamente que el sistema automático Telligent, sino que ofrece también funciones especiales como modo de maniobra, de potencia o de balanceo y, por un suplemento, también ofrece un modo extra todoterreno. Pero no solo Daimler, también otros fabricantes están investigando cuántas marchas son realmente convenientes. Desde Scania, pasando por Volvo y ZF, todos parecen coincidir en que el número perfecto de marchas es doce.


AS24-trucks_banner-898px-ES-sattelzug